¡Lástima que le falte
agua! Recuerdo cuando llenábamos los cántaros. ¡Qué abundanciaa de agua! ¡Qué trabajo, cargar los cántaros eb las aguaderas, en la
esquina del bebedero de las bestias! Hubo una señora, (que. E. P.de.), en
Charches, que no disponía de animal para acarrear el agua y llevaba CUATRO cantaros bajo sus brazos desde el pilar a su
casa , poco más allá de donde vivía María la "Canillera".El domingo pasado estuve practicando senderismo en los cerros de
Gor, y pude admirar una
fuente como
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