Me acuerdo cuando nos llevaron ahí a muchos niños y no se me ocurrió otra cosa que volverme a Cogollos, nadie se dió cuenta, y cuando notaron mi falta me buscaron por los alrededores de la casa del forestal hasta que llegaron al pueblo y yo, que me había refugiado debajo de la mesa camilla de la casa de mi abuela donde tampoco se dieron cuenta de mi llegada, iba escuchando todos los comentarios, sobre mi pérdida, de las personas que se acercaban a la mesa. Al final salí del escondite y todos sentimos ... (ver texto completo)