Conoceis la historia del joven de cogollos que vivía en un cortijo y cuando iba a la casa de su novia por primera vez estaba muy preocupado porque no sabía como dirigirse a sus familiares, la madre lo consoló diciendo que nada más llegar tenía que saludar con un buenas tardes, si estaban comiendo debería decirles aprobeche y antes de irse no debía olvidar despedirse.
Cuando el muchacho llegó, se adelantó diciendo: buenas tardes porque he venido, aproveche si estais comiendo y adiós para cuando me valla.
Cuando el muchacho llegó, se adelantó diciendo: buenas tardes porque he venido, aproveche si estais comiendo y adiós para cuando me valla.