COJAYAR: A la otra banda del Arroyo de Mecinilla, cruzamos por...

A la otra banda del Arroyo de Mecinilla, cruzamos por delante del
Llamado Castillo de Juliana, del que sólo quedan en pie tres o cuatro
ángulos sueltos de otras tantas hundidas torres. [341]

Nadie sabe a la presente, o a lo menos yo no he podido averiguar, qué
Castillo ni qué Juliana fueron aquéllos.

«Periit memoria eorum cum sonitu», dice la Sagrada Escritura. Pero es
Aún más triste y miserable, que el sonido, el nombre, sobreviva a la
Memoria. -Y esto acontece con la tal Juliana, a pesar de haber tenido por
Cenotafio toda una fortaleza(46).

Cuando nosotros pasamos por allí, algunos perales en flor alegraban
Con su juventud aquellas melancólicas ruinas, despojadas por el tiempo
Hasta de historia...

Es cuanto puedo declarar y la verdad, advirtiéndoos que, según mis
Cálculos, las cosas continuarán ya así indefinidamente: los escombros del
Castillo expuestos a la indiferencia pública, como un cadáver insepulto
Que la justicia humana no consigue identificar, y los perales dando peras,
A falta de noticias, al dueño de tan romántico paraje.
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PEDRO ANTONIO DE ALARCóN.