El invierno, se nos viene encima, y es irremediable volver a recordar aquellos inviernos en el pueblo. El primero en levantarse, era mi padre, y lo primero que hacía era encender la lumbre, una vez ya prendía, nos llamaba y bajamos todos al calor del fuego, la chimenea, era el rincon favorito de la casa, mi madre que odiaba el frio, no quería que faltase la leña, ni que ocuparan su sitio. Aquellos dias de lluvia y frio, que pasábamos asando bellotas y algun chorizo eran casi de fiesta mayor, parece mentira con lo poco que eramos felices. El calor de una lumbre bastaba para estar juntos, bueno eso y el frio, aunque el frio de ahora no hay lumbre que lo calme, SALUDOS CATALÁN