Una historia que se repite y que es la ilusión de la mayoria, de los que tuvimos que marchar, es volver al lugar donde naciste y pasar alli tus últimos dias, pero no como un retiro, sino como un comienzo nuevo, sin las exigencias de antes. y con tus necesidades básicas cubiertas, quieres llegar a sentirte joven otra vez, porque cada lugar que recuerdes, te ves a ti mismo recordando aquellas vivencias y aunque con las limitacionas de la edad, el espiritu te da fuerza, para disfrutar, ahora con más sosiego, de esa vida que te negó, la historia. Es triste ver como en los pueblos cada vez hay menos gente, la técnologia, consiguió, que la vida del trabajador del campo, fuese más fácil, y más productiva, pero también a su vez, obligó a la gente, a marchar, para poder vivir, y ahora volvemos con la ilusión de ser niños otra vez y con la pena dejar el sitio, donde tambien hemos sido felices, pero sin olvidar nunca nuestras raices. SALUDOS CATALÁN.
Sr. Rafa, estoy de acuerdo con esa reflexion que meciones en tu articulo VOLVER, ¿Cuantos soñamos con pder pasar nuestros uktimos años en nuestro pueblo?
Lo peor es que marchar es muy fácil pero el regreso se convierte con el tiempo en una quimera.
Echamos raíces en otros sitios que nunca profundizan pero las ramas y el fruto ya son de otra tierra.
Luego, no se puede regresar porque para ello, la economía debe ser muy boyante y no siempre se ha conseguido remontar la necesidad.
Es el drama de este país; es el drama sin solución que vivimos muchos ciudadanos que nos vimos obligados por las malas circunstancias a desplazarnos a otros lugares.
Echamos raíces en otros sitios que nunca profundizan pero las ramas y el fruto ya son de otra tierra.
Luego, no se puede regresar porque para ello, la economía debe ser muy boyante y no siempre se ha conseguido remontar la necesidad.
Es el drama de este país; es el drama sin solución que vivimos muchos ciudadanos que nos vimos obligados por las malas circunstancias a desplazarnos a otros lugares.