Cuentan que hace tiempo en algún lugar antes de aprender a leer se enseñaba de honestidad, que con el buen ejemplo se impartían las mejores lecciones.
Cuentan que lo más valioso que se poseía era la
familia y la fuerza de los lazos que unían.
Cuentan que la
puerta de la
casa se mantenía abierta (...)
Cuentan que en ese tiempo las
calles y las
casas olían a guisos,
pan,
flor de azahar del limonero y naranjo. Que a las orillas del
camino o algunos
patios corría
agua en las acequias, en riachuelos
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