Los dos enormes
pinos que tapan estas
cuevas, la de mi pariente Fernando
Pozo y Matilde Sánchez, han sido plantados por ellos mismos. Allí voy muchas veces a su
cueva y lo pasamos muy bien. La gente urbanita no sabe lo estupendas que son las cuevas --viviendas troglodíticas--, para vivir en ellas. Antes tenían muchos inconvenientes, pero ahora tienen luz,
agua potable y todas las comodidades que da la vida actual; pero hay algo que no tienen las viviendas urbanas: la temperatura que se mantiene casi
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