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CUEVAS DE PUENTE ABAJO: Amigo Nicolás: no sé si tenemos algún parentesco pero...

Este cortijo es importante por su gran y magnífico olivar de más de tres mil olivos. Recuerdo, de mi niñez, que con otros rapaces de allá subíamos algunas tardes a este cortijo a recibir doctrina cristiana que nos impartían sus dueñas Leonor y Maravillas que, vagamente, las recuerdo como bastante amables y que nos ofrecían golosinas inalcanzables en aquella época para el común de los mortales. Eran los años del hambre y las escaseces abundaban, sobre todo en un entorno de grandes terratenientes y los demás jornaleros de bajo dslsrio y trsbajo inseguro.
Hoy la casa está muy abandonada, pero entonces la recuerdo muy bien amueblada y cuidada, con un pequeño jardín en su entrada noble entre la casa y la acequia de Los Frailes que abastecía de agua un pozo que allí había (aún está, pero abandonado) con su arco de hierro sobre el brocal con el nombre del cortijo y la chapa de hierro que cubría el pozo para evitar accidentes. Estaba todo muy bien cuidado y en primavera todo estaba florecido y con aromas de niñez que ahora recuerdo en la distancia.
Distintos avatares han ido cambiando de dueños el cortijo. Los actuales: Ramón (el del vino, perdona que utilice el alias) y su esposa Marisol Arredondo (hija de mi primo hermano Emilio) han construido aledaño una gran nave que les sirve para guardar los aperos del campo, pero les pediría que rehabilitaran la parte del cortijo que podría quedar precioso al recuperar su antiguo esplendor. Y también el pozo y su uso, y las florestas que allí se criaban. No sería demasiado costoso y volvería otra vez su antiguo (no viejo) sabor a obra bien hecha. Los rendimientos de su magnífico olivar bien pudieran dar el beneficio suficiente para asumir el costo de la rehabilitación. ¡Ánimo, parientes! De todas formas, esto me trae aquellos recuerdos de infancia siempre tan gratos, sobre todo ahora que uno está entrando ya en avanzada edad. Manuel Arredondo Valenzuela, maestro emérito

Hola, grata sorpresa me he llevado buscando por internet mi lugar de nacimiento del que sali con 5 años en 1962 y nunca he vuelto. Mi nonbre es Nicolas Arredondo Guillen hijo de Nicolas y Manuela, viviamos en las cuevas del negro y oi a mis padres hablar muy a menudo de los cortijos de la zona, de un encargado que se llamaba Valero y otros detalles que los comentarios leidos en esta pagina de Manuel Arredondo Valenzuela me han hecho recordar. Este año si no pasa nada quiero ir a visitar el lugar de mis origenes pero desgraciadamente no conozco practicamente nada del lugar. Por otro lado me gustaria saber si mantenemos algun parentezco aunque se de oidas que en benamaurel abundaban los Arredondo. Mi correo es cortilook@hotmail. com si alguno de los que me lean conoció a mis padres y quiere ponerse en contacto conmigo hablare encantado. Saludos

Amigo Nicolás: no sé si tenemos algún parentesco pero intentaré enterarme preguntando a las gentes del lugar que aún vivan y que son mayores. En realidad en este anejo de Benamaurel de las Cuevas del Negro ya no vive nadie y algunos tenemos las cuevas heredadas de nuestros padres y abuelos y, como la mía, la conservo y voy con cierta frecuencia por encontrame allí muy agusto y recordando mi infancia y juventud. Ahora en Semana Santa me voy allí una quincena y me entretengo mucho buscando los magníficos espárragos silvestres que abundan por aquellos pagos. Mo correo electrónico es: marvalsitalaicos@hotmail. com por si quieres ponerte en contacto conmigo. Yo he anotado el tuyo para enviarte algo cuando lo averigüe. ¿Dónde resides actualmente? Un abrazo