UN NIñO ETERNO:
Era un alma de niño atrapada en un cuerpo de hombre. Su memoria viva y brillante com un diamante. Era concido por
Todos, en su mundo rural, sencillo y lleno de cálida relación. Niño él, casi todo era para sus padres y poca cosa
Para los demás. Conocia al pueblo por sus apodos en su totalidad, con nombres y apellidos. Era afable y sumamente
Educado. Su corazón de niño en un cuerpo agigantado, lleno de vigor y fuerza, llevaba el estandarte escapulario en
Procesiones y entierros, con una naturalidad a medida. Era pacífico y cuando otros niños en tono de crueldad le
Faltaban el respeto, él con serena nobleza, marchaba. Tuvo la fortuna de ser siempre niño y no sentir los vientos
Grises y hasta negros de los adultos.
Quiero recordar a un zujareño, que por su singularidad, llena un bello espacio en mi memoria. Seguro, que desde
Algún lugar no muy lejano con su risa cándida y su bonachona manera de limpiarse el rostro con su pañuelo blanco y
Pulcro. Lo desplegaba sobre su cara rellena y aseada, secando la nerviosa y pavorosa sudor.
Fuiste un niño feliz y bueno. Dios te habrá escogido en su corte, como ángel guardian de Zújar. TE recuerda con
Cariño A.
Era un alma de niño atrapada en un cuerpo de hombre. Su memoria viva y brillante com un diamante. Era concido por
Todos, en su mundo rural, sencillo y lleno de cálida relación. Niño él, casi todo era para sus padres y poca cosa
Para los demás. Conocia al pueblo por sus apodos en su totalidad, con nombres y apellidos. Era afable y sumamente
Educado. Su corazón de niño en un cuerpo agigantado, lleno de vigor y fuerza, llevaba el estandarte escapulario en
Procesiones y entierros, con una naturalidad a medida. Era pacífico y cuando otros niños en tono de crueldad le
Faltaban el respeto, él con serena nobleza, marchaba. Tuvo la fortuna de ser siempre niño y no sentir los vientos
Grises y hasta negros de los adultos.
Quiero recordar a un zujareño, que por su singularidad, llena un bello espacio en mi memoria. Seguro, que desde
Algún lugar no muy lejano con su risa cándida y su bonachona manera de limpiarse el rostro con su pañuelo blanco y
Pulcro. Lo desplegaba sobre su cara rellena y aseada, secando la nerviosa y pavorosa sudor.
Fuiste un niño feliz y bueno. Dios te habrá escogido en su corte, como ángel guardian de Zújar. TE recuerda con
Cariño A.