Recordaré y caminaré ... por Zújar,
Con pasos certeros, firmes y desenvueltos,
Visitaré otra vez , al ansiado barrio
Y esperaré impaciente la tarde calmada,
Saldré a acariciar con la mirada
El pueblo que yo amé desde pequeño,
de oro claro, la de azul de seda,
El horizonte que parece me compromete
La visión de mi barrio, envuelto en luna,
El brillo del cristal de mi rambla,
El Pilancón polvoso y solitario,
El Caño antiguo, el tosco campanario,
La blanca iglesia, su reloj cudrado!
¡Cómo ha sido mi memoria y mi desvelo,
La sierra de Cazorla decorando el cielo!
Veré las calles encaladas,
Los Mojuelos melancólicos, las gentes
Que ante mi, pasarán indiferentes.
O tal vez sorprendido, alguien se asombre,
Y alguien se esfuerce en recordar mi nombre,
Y alguien murmuré: ¡Yo conozco a ese hombre!
Estaré como un sonámbulo: abstraído
En la contemplación de lo que he sido
Desde la lejanía en que me hundió el olvido.
Seguiré sereno, resignado y atento,
Mirando como transformó mi suerte
La indiferencia, más dura que la muerte.
La Plaza con su fuente, desborda sin parar agua.
La calle Ancha del beso y de la cita,
Me sentaré con mi favorita compañia,
Para ver el pasar de la gente, bajo un cielo.
De un eterno oscurecer en verano sediento. Desde el CAñO Jorge.
Con pasos certeros, firmes y desenvueltos,
Visitaré otra vez , al ansiado barrio
Y esperaré impaciente la tarde calmada,
Saldré a acariciar con la mirada
El pueblo que yo amé desde pequeño,
de oro claro, la de azul de seda,
El horizonte que parece me compromete
La visión de mi barrio, envuelto en luna,
El brillo del cristal de mi rambla,
El Pilancón polvoso y solitario,
El Caño antiguo, el tosco campanario,
La blanca iglesia, su reloj cudrado!
¡Cómo ha sido mi memoria y mi desvelo,
La sierra de Cazorla decorando el cielo!
Veré las calles encaladas,
Los Mojuelos melancólicos, las gentes
Que ante mi, pasarán indiferentes.
O tal vez sorprendido, alguien se asombre,
Y alguien se esfuerce en recordar mi nombre,
Y alguien murmuré: ¡Yo conozco a ese hombre!
Estaré como un sonámbulo: abstraído
En la contemplación de lo que he sido
Desde la lejanía en que me hundió el olvido.
Seguiré sereno, resignado y atento,
Mirando como transformó mi suerte
La indiferencia, más dura que la muerte.
La Plaza con su fuente, desborda sin parar agua.
La calle Ancha del beso y de la cita,
Me sentaré con mi favorita compañia,
Para ver el pasar de la gente, bajo un cielo.
De un eterno oscurecer en verano sediento. Desde el CAñO Jorge.