RECUERDO TRISTE DE UNA NIñA QUE IBA PARA MUJER: Algunos tiempos pasados fueron crueles e inflexibles con la juventud criada bajo el sueño, que algún día sería rescatada por un encantador príncipe, tal y como sucede en los cuentos de hadas.
La realidad atropella la fantasía y el príncipe deja de ser encantador y la princesa la rigen las bárbaras costumbres, siguiendo el consejo de una España profunda en un ambiente rural, cerrado y ella sin culpa. La joven criatura emprende un espinoso viaje por el camino, del sin razón, equivocado y adverso. Al final, cuando llega a ser adulta, seguramente descubriría, que los cuentos de hadas, no pueden hacerse realidad.
Ella simboliza el viaje, que todos hacemos en la vida, a medida que separamos la ilusión de lo real y, descubrimos demasiado tarde, quienes somos y, quién nos rodea, aprendiendo como funciona el milagro cotidiano, que es la vida.
¡Oh molinera! Dulce pequeña, niña todavía, tu corazón fue tan limpio, como la más brillante estrella . Perdón en nombre de una sociedad que no supo proteger de calumnias y falsos entendidos a una nena que fue atropellada, sin piedad, en lo más alto que es: su dignidad. A.R.
La realidad atropella la fantasía y el príncipe deja de ser encantador y la princesa la rigen las bárbaras costumbres, siguiendo el consejo de una España profunda en un ambiente rural, cerrado y ella sin culpa. La joven criatura emprende un espinoso viaje por el camino, del sin razón, equivocado y adverso. Al final, cuando llega a ser adulta, seguramente descubriría, que los cuentos de hadas, no pueden hacerse realidad.
Ella simboliza el viaje, que todos hacemos en la vida, a medida que separamos la ilusión de lo real y, descubrimos demasiado tarde, quienes somos y, quién nos rodea, aprendiendo como funciona el milagro cotidiano, que es la vida.
¡Oh molinera! Dulce pequeña, niña todavía, tu corazón fue tan limpio, como la más brillante estrella . Perdón en nombre de una sociedad que no supo proteger de calumnias y falsos entendidos a una nena que fue atropellada, sin piedad, en lo más alto que es: su dignidad. A.R.