Los amaneceres nevados son recurrentes en el paisaje invernal de mi querido y bellísimo pueblo.
Entre mis recuerdos de la primera infancia, allá en el olivar de Juanico el Grillo (q. e. p. d), junto al barranco Juncarón, desde donde veía en la loma el Cortijo del Hambriento, de pie y habitado a la sazón por dos familias, la de Barbara y los Barranco que solamente tenían hijas, que hacían todas las labores del campo por duras que fueran, está el de una nevada impresionante allá por el invierno de 1943 o 44. Me escapé de la choza de carboneros donde habitåbamos, y comencé a caminar por el olivar, descalzo, dejando mis efímeras huellas sobre la nieve.
Fui rescatado por un cuñado mío al que ojalá no hubiera conocído.
Cuando comencé a escribir la dilatada historia y vivencias de la familia - aún no terminada-, la titulé" Mis pequeñas huellas sobre la nieve".
Entre mis recuerdos de la primera infancia, allá en el olivar de Juanico el Grillo (q. e. p. d), junto al barranco Juncarón, desde donde veía en la loma el Cortijo del Hambriento, de pie y habitado a la sazón por dos familias, la de Barbara y los Barranco que solamente tenían hijas, que hacían todas las labores del campo por duras que fueran, está el de una nevada impresionante allá por el invierno de 1943 o 44. Me escapé de la choza de carboneros donde habitåbamos, y comencé a caminar por el olivar, descalzo, dejando mis efímeras huellas sobre la nieve.
Fui rescatado por un cuñado mío al que ojalá no hubiera conocído.
Cuando comencé a escribir la dilatada historia y vivencias de la familia - aún no terminada-, la titulé" Mis pequeñas huellas sobre la nieve".