GRANADAS PARA CURAR
Un
joven discípulo se encontraba con su maestro para aprender el
arte de la curación cuando se acercó un paciente y el maestro dijo:
–Este hombre necesita granadas.
Haciéndole caso, el joven discípulo recibió al paciente y le aseguró:
–Tome granadas para curarse.
El hombre se fue protestando y no consideró nada serio el consejo. El alumno corrió a su maestro y le preguntó en qué había fallado. El maestro no dijo nada y esperó a otro paciente:
–También necesita granadas
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