Me cuentan que te han visto:
Dicen que tu mirada, no era ya la
primavera,
Que tus ojos reflejaban un prematuro
otoño,
Que en ellos se adivinaba un desengaño.
Y yo, desde la lejanía que otoga el tiempo,
No puedo dejar de imaginarme aquellos ojos negros,
Aquel brillo de cometa derramado en ellos.
Dicen que tu cuerpo ya no es tu cuerpo,
Que de pronto se ha cansado,
Que ha entrado en años sin preguntare a la vida.
Me pregunto: que sabrá nadie de la vida de nadie
De las lágrimas derramadas
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