El culo de Luis XIV y su influencia en la
historia de la
música (VI)
Inmediatamente vino el creciente desinterés del rey por su música. Llegó a decir - ¡qué cambio, mon Dieu!- que le cansaba. Y Armide, su obra maestra, no llegó a estrenarse en Versalles.
Lully pensó que sería una buena ocasión para recuperar el favor real. Eligió el Te Deum preferido del monarca, el que había compuesto años atrás para el
bautizo de su propio hijo, apadrinado por el rey. Y tiró la
casa por la
ventana. Bueno, sin
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