Edad media e Inquisición
Durante la inquisición española, los herejes eran encarcelados sin ser acusados formalmente. Eran encadenados en frías y hediondas mazmorras infestadas de
insectos y ratas, solo ellos y su excremento.
Pan duro y enmohecido con
agua sucia suplementaban la dieta de cucarachas y arañas.
“O de nuevo, un prisionero que se rehusaba a confesar era dejado en soledad y oscuridad por semanas, meses o hasta años, porque a la inquisición el tiempo no le incumbía, podía esperar y
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