Un granjero estaba teniendo problemas con su
toro, que no se decidia a dejar las
vacas preñadas, asi que acabo llamando al veterinario del
pueblo. Despues de examinar al toro un rato, el veterinario le dijo al granjero que si tenia alguna
vaca en celo; el granjero se la trajo, y entonces el veterinario metio su brazo en el coño de la vaca, y tras frotar un poco se lo
paseo al toro por las narices... al cabo de un rato el toro estaba cubriendo a la vaca.
Esa
noche el granjero, que tampoco cumplia
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