El matrimonio Portabales tenía dos entradas para el
teatro. El marido, impaciente, miraba su
reloj, percatándose de que sólo faltaba media hora para empezar la función.
- ¡Venga, Florentina! Apresúrate. Llegaremos tarde.
- Un momento, cariño, que me estoy acabando de arreglar.
La esposa coge un spray de desodorante y se rocía las axilas. Coge otro spray de crema hidratante y se la pone en la piel. Coge otro spray de laca y se la aplica en el cabello. El marido, horrorizado ante el posible efecto
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