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FREILA (Granada)

Cortijeros aventando (foto antigua)
Foto enviada por antonio

En esta era de desenfrenada inflación mundial, lo que ha experimentado más dicha inflación podría ser el precio de un esqueleto humano. Según un informe de Reuter, en los Estados Unidos un ejemplar bien conservado subió su precio (calcule usted en devaluados pesos mexicanos) de 232 dólares en 1976, a 600 en 1978. Ahora piden 32 dólares por una mano o un pie; la dentadura de una calavera, con los dientes intactos, puede llegar a 169 dólares, mucho más que los 105 que costaba en 1975. Pero el valor ... (ver texto completo)
Pensamos que no podemos ver en la oscuridad. Pero con el tiempo suficiente para adaptarse, el ojo humano puede ver durante un corto espacio de tiempo casi tan bien como el de una lechuza. Sin embargo, cuando decrece la luz, la lechuza puede percibir formas que el ojo humano ya no puede ver.
Entre sus numerosos logros, el astrónomo Johannes Kepler se anotó uno en relación con el mundo interno del hombre. Fue Kepler el que se dio cuenta de que el aparato visual humano está construido de tal manera que sólo puede producir imágenes invertidas.
Las señales nerviosas viajan por las fibras nerviosas o musculares a velocidades que pueden llegar a los 322 kilómetros por hora.
Las arterias se llamaron así porque el físico Praxágoras pensó que llevaban sólo aire. En los cadáveres están generalmente vacías.
Los habitantes de las grandes alturas de los Andes han desarrollado pulmones mayores del tamaño normal y un pecho más grande, a fin de vivir más fácilmente con la baja presión del aire. –En los Andes la presión del aire es de 560 kilogramos por centímetro cuadrado; al nivel del mar es de 1,050 kilogramos por centímetro cuadrado-. Además, sus cuerpos han cambiado para ayudar a combatir el frío. Sus brazos y piernas son más cortos de lo normal, como resultado de incontables generaciones de adaptación. ... (ver texto completo)
La piel del cuerpo humano pesa 2.72 kilogramos.
Hace relativamente poco tiempo que se reconoció que la luz va del objeto hacia el ojo. Hasta hace unos cuatrocientos años, se pensaba que era algo en el ojo lo que salía y veía el objeto.
El cristalino del ojo humano está compuesto de numerosas fibras transparentes encerradas en una clara membrana elástica. Estas fibras se están renovando continuamente. De ahí que el tamaño del cristalino aumente con la edad: el de un octogenario es un 50 por ciento mayor que el de un individuo de veinte años. Sin embargo al crecer, el cristalino se hace menos flexible y va perdiendo su habilidad para enfocar a un objeto cercano.
Para conservar los pies calientes, hay que ponerse un sombrero. El ochenta por ciento del calor corporal escapa por la cabeza.
Los 1,300 gramos que pesa el cerebro humano son la estructura de materia más compleja y ordenada que se conoce en el universo.
El hombre tiene pequeños huesos que alguna vez estuvieron destinados a una cola, y músculos no contraíbles cuyo fin era mover las orejas.
La reproducción humana sigue más bien el tiempo lunar que el sideral o el solar: la gestación dura unos 266 días –nueve meses lunares- y el período menstrual tarda un mes lunar en aparecer.
La suave masa del cerebro adulto no tiene movimiento. Aunque consume más del 25 por ciento del oxígeno suministrado al cuerpo, no crece, no se divide ni se contrae.
El ácido clorhídrico que interviene en el proceso digestivo humano es tan corrosivo que puede quemar fácilmente un pañuelo de algodón, e incluso el metal de la carrocería de un automóvil. Sin embargo no daña las paredes del estómago, que están protegidas por una película de mucosidad pegajosa.