Hay un funeral y en eso va pasando por la
calle principal la carroza fúnebre y detrás un niño, que lloraba:
-Papito espérame!, espérame yo quiero irme contigo papito!.
Y la gente alrededor decía:
-Pobrecito quedó huérfano.
-Qué lástima.
-Bueno, Dios se apiadará de él.
Y el niño seguía diciendo:
-Papito espérame!, espérame yo quiero irme contigo papito, espérame.
Y en eso la carroza fúnebre se para y se baja el chofer furioso y grita:
-Mierda! para todos lados quieres que te lleve!. Sube
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