- Presos burlan la seguridad de una prisión con palomas mensajeras
A la antigua usanza. Así es como se han comunicado los presos de una prisión brasileña con sus familiares del exterior.
Los presos de una cárcel brasileña utilizaban palomas amaestradas para burlar la seguridad e introducir drogas y teléfonos móviles dentro de la prisión.
La práctica fue descubierta por los agentes de seguridad de la prisión de Marilia (en el interior del estado de São Paulo) cuando revisaron la bolsa de la mujer de un preso, que salía con dos palomas escondidas en el bolso.
Los guardias sospechaban desde comienzos de año, porque veían a las palomas con dificultades para volar y porque detectaron un aumento de aprehensiones de drogas y teléfonos móviles en las revistas que realizaban regularmente a los detenidos.
"En plena era digital, encontramos una situación de paloma mensajera para hacer contacto con el público externo e interno de la penitenciaria", declaró asombrado el comisario Paulo de Souza.
Los contactos de los presos ataban pequeñas bolsas al lomo de las palomas, en las que introducían las drogas y los teléfonos.
Las palomas, al igual que las antiguas mensajeras, volaban de regreso a su lugar de cría, en este caso la cárcel, evitando pasar por las medidas.
A la antigua usanza. Así es como se han comunicado los presos de una prisión brasileña con sus familiares del exterior.
Los presos de una cárcel brasileña utilizaban palomas amaestradas para burlar la seguridad e introducir drogas y teléfonos móviles dentro de la prisión.
La práctica fue descubierta por los agentes de seguridad de la prisión de Marilia (en el interior del estado de São Paulo) cuando revisaron la bolsa de la mujer de un preso, que salía con dos palomas escondidas en el bolso.
Los guardias sospechaban desde comienzos de año, porque veían a las palomas con dificultades para volar y porque detectaron un aumento de aprehensiones de drogas y teléfonos móviles en las revistas que realizaban regularmente a los detenidos.
"En plena era digital, encontramos una situación de paloma mensajera para hacer contacto con el público externo e interno de la penitenciaria", declaró asombrado el comisario Paulo de Souza.
Los contactos de los presos ataban pequeñas bolsas al lomo de las palomas, en las que introducían las drogas y los teléfonos.
Las palomas, al igual que las antiguas mensajeras, volaban de regreso a su lugar de cría, en este caso la cárcel, evitando pasar por las medidas.