ENFERMEDADES FÍSICAS Y EMOCIONALES
La posesión demoníaca despliega una variedad de síntomas, que a menudo conllevan semejanzas con enfermedades físicas o emocionales.
El Nuevo Testamento registra inhabilidad para hablar (actualmente podríamos hablar de “afasias”), sadomasoquismo, auto-mutilación, capacidad de pronosticar el futuro, lamentos ruidosos y vocalización de sonidos guturales. Todos estos fenómenos, según la Biblia, evidencian la posesión de una entidad malvada.
No resulta sencillo distinguir entre algunas enfermedades y la posesión física del demonio. No todos aquellos enfermos son “marionetas” que reaccionan bajo el influjo demoníaco.
Asimismo, no todo aquel poseído por un demonio demuestra los mencionados síntomas patológicos.
La posesión demoníaca despliega una variedad de síntomas, que a menudo conllevan semejanzas con enfermedades físicas o emocionales.
El Nuevo Testamento registra inhabilidad para hablar (actualmente podríamos hablar de “afasias”), sadomasoquismo, auto-mutilación, capacidad de pronosticar el futuro, lamentos ruidosos y vocalización de sonidos guturales. Todos estos fenómenos, según la Biblia, evidencian la posesión de una entidad malvada.
No resulta sencillo distinguir entre algunas enfermedades y la posesión física del demonio. No todos aquellos enfermos son “marionetas” que reaccionan bajo el influjo demoníaco.
Asimismo, no todo aquel poseído por un demonio demuestra los mencionados síntomas patológicos.