Los unicornios no están presentes en la mitología griega, sino en los relatos de historia, ya que los escritores griegos estaban convencidos de que los unicornios existían de verdad y vivían en la India. La primera descripción es la de Ctesias, quien los describe como asnos salvajes que tienen un cuerno y son de color blanco, rojo y negro. Aristóteles debía seguir a Ctesias cuando menciona a dos animales de un cuerno con cabezas parecidas a las de un ciervo, el orix (una especie de antílope) y el llamado ‘asno indio’. Strabo dice que en el Cáucaso había caballos de un cuerno con cabezas semejantes a las de un ciervo. Plinio menciona al orix y al buey indio (quizás un rinoceronte) como bestias de un cuerno, así como a un ‘animal muy feroz llamado conoceros que tiene la cabeza de un ciervo, los pies de un elefante y la cola de un jabalí, mientras que el resto del cuerpo es de caballo. Realiza un ruido grave y tiene un cuerno negro, que sale desde la mitad de su frente y tiene dos brazos de largo. En el libro ‘On nature of animals’, Aelio, citando a Ctesias, añade que en la India hay un caballo de un cuerno, y dice que el ‘monoceros’ a veces era llamado ‘cartazonos’, que puede ser una forma del árabe ‘karkadann’, cuyo significado es ‘rinoceronte’.