Entre los numerosos hallazgos de huesos prehistóricos en Einhornhohle (Cueva del unicornio) en las montañas Harz, en Alemania, algunos fueron seleccionados y reconstruidos con la forma de un unicornio por el alcalde de Magdeburg, Otto Von Guericke, en 1663. El supuesto unicornio de Guericke tenía dos patas y estaba construido a partir de huesos fósiles de un rinoceronte, un mamut y el cuerno de un narwhal. El esqueleto fue examinado por Gottfried Leibniz, quien dudaba de la existencia de los unicornios, pero luego se convenció al ver este hallazgo.