Se cree que su ubicación en el cielo estuvo a cargo de los primeros Arios, quienes buscaban representar a Asva, el Sol. La figura les resultó incompleta, por lo cual fue caracterizado como una constelación ‘partida en dos’, o parcialmente tapada por las nubes. La mitad visible era el caballo libio. Cuando los romanos lo tomaron de los griegos, lo llamaron 'Equus', y en el resto del mundo era Cornipes o Sonipes.