Metamorfosis Voluntaria
El médium escocés del siglo XIX Daniel Dunglass Home tenía unos dones extraordinarios que parecían contrariar las leyes de la naturaleza; en una famosa sesión, Home se desplazó de una habitación a otra flotando através de las ventanas, a tres pisos del suelo. También parecía ser inmune al calor y podía manipular carbones encendidos sin molestia alguna; incluso pasaba la cabeza por fuego sin quemarse la cara ni el cabello.
Quizá lo más sorprendente era que podía cambiar a voluntad las dimensiones y la forma de su cuerpo. Ante los ojos de los asombrados espectadores, podía crecer hasta 30 cm: su pecho se agrandaba y sus brazos se alargaban ostensiblemente; sus costillas se apartaban de la cintura 25 cm o más, mientras que los músculos del torso se le estiraban con increible elasticidad.
Home no sólo podía crecer, si no también encogerse, y se contraía de 1.77 m, su estatura normal, a poco menos de 1.50 m. Su rostro se desfiguraba y sus facciones se agrandaban al principio, pero luego se hacían más pequeñas, se arrugaban y se constreñían antes de recuperar su tamaño normal.
Dos observadores regulares de estas extrañas mutaciones eran Lord Adare y Lord Lindsay, amigos de Home; Adare hizo un estudio detallado de los inusitados fenómenos que rodeaban a Home y registró con pormenores lo que ocurrió durante una serie de sesiones entre 1867 y 1869. Fuerón 80 en total, y en 10 de ellas Adare, Lindsay y otros presenciaron el estiramiento corporal del médium.
En una de las sesiones, Home se acostó en el piso entre otros dos hombres; su cabeza hacia contacto con uno de ellos y los pies con el otro. A medida que su cuerpo se alargaba, parecía que se estiraba por los extremos, empujando a los dos hombres. Otro observador se asombró al comprobar con una cinta métrica que éstos habían quedado separados entre sí unos 2.10 m. Entonces Home comenzó a levitar y balanceandose en el aire, se recostó lentamente en un sofá que allí había.
Obviamente, no faltaba quién dudara de la autenticidad del acto y que, aún sin haber estado presente en la sesión, lo calificara de truco. Pero por increíble que parecieran las contorsiones de Home, las presenciaban cientos de personas, entre ellas científicos eminentes, periodistas y nobles europeos.
El médium escocés del siglo XIX Daniel Dunglass Home tenía unos dones extraordinarios que parecían contrariar las leyes de la naturaleza; en una famosa sesión, Home se desplazó de una habitación a otra flotando através de las ventanas, a tres pisos del suelo. También parecía ser inmune al calor y podía manipular carbones encendidos sin molestia alguna; incluso pasaba la cabeza por fuego sin quemarse la cara ni el cabello.
Quizá lo más sorprendente era que podía cambiar a voluntad las dimensiones y la forma de su cuerpo. Ante los ojos de los asombrados espectadores, podía crecer hasta 30 cm: su pecho se agrandaba y sus brazos se alargaban ostensiblemente; sus costillas se apartaban de la cintura 25 cm o más, mientras que los músculos del torso se le estiraban con increible elasticidad.
Home no sólo podía crecer, si no también encogerse, y se contraía de 1.77 m, su estatura normal, a poco menos de 1.50 m. Su rostro se desfiguraba y sus facciones se agrandaban al principio, pero luego se hacían más pequeñas, se arrugaban y se constreñían antes de recuperar su tamaño normal.
Dos observadores regulares de estas extrañas mutaciones eran Lord Adare y Lord Lindsay, amigos de Home; Adare hizo un estudio detallado de los inusitados fenómenos que rodeaban a Home y registró con pormenores lo que ocurrió durante una serie de sesiones entre 1867 y 1869. Fuerón 80 en total, y en 10 de ellas Adare, Lindsay y otros presenciaron el estiramiento corporal del médium.
En una de las sesiones, Home se acostó en el piso entre otros dos hombres; su cabeza hacia contacto con uno de ellos y los pies con el otro. A medida que su cuerpo se alargaba, parecía que se estiraba por los extremos, empujando a los dos hombres. Otro observador se asombró al comprobar con una cinta métrica que éstos habían quedado separados entre sí unos 2.10 m. Entonces Home comenzó a levitar y balanceandose en el aire, se recostó lentamente en un sofá que allí había.
Obviamente, no faltaba quién dudara de la autenticidad del acto y que, aún sin haber estado presente en la sesión, lo calificara de truco. Pero por increíble que parecieran las contorsiones de Home, las presenciaban cientos de personas, entre ellas científicos eminentes, periodistas y nobles europeos.