Este era un señor que ya no podía más. Desesperado, fue con el doctor, y éste le recetó un tratamiento a base de unas pastillitas milagrosas, que debía tomarse media al día, durante un año. El tipo se toma esa noche su media pastilla, y empieza a sentir efectos:
- ¡Ya, vieja, ya...!
Llega la señora, y al ver aquello, le dice:
- ¡Uuuuuh, viejo! ¡Qué poquito! ¿Y si te tomas otra media pastilla...?
Pues el señor se la toma... ¡Y aquello crece! Se toma otra pastilla entera... ¡Y crece más...! Su señora se emociona, y se trepa en aquello. El señor se emociona más... ¡Y se empina todo el frasco, de una vez! La señora empeza a rugir de placer y, de repente, se empieza a elevar
por el aire. Sube.... sube.... sube..... ¡Y se estrella con el techo!
Entonces, empieza a pegar de gritos:
- ¡Hija....! ¡Hiiiiiiiija...!
Llega la hija, y se horroriza al ver aquello.
- ¡Trae un hacha...! -Le grita la mamá.
Sale la hija, y regresa corriendo, hacha en mano, diciendo:
- ¿Se la corto, mamá? ¿Se la corto?
- ¡NOOOOOOO...! ¡EL TECHO, CAPULLA, DALE AL TECHO.......!
- ¡Ya, vieja, ya...!
Llega la señora, y al ver aquello, le dice:
- ¡Uuuuuh, viejo! ¡Qué poquito! ¿Y si te tomas otra media pastilla...?
Pues el señor se la toma... ¡Y aquello crece! Se toma otra pastilla entera... ¡Y crece más...! Su señora se emociona, y se trepa en aquello. El señor se emociona más... ¡Y se empina todo el frasco, de una vez! La señora empeza a rugir de placer y, de repente, se empieza a elevar
por el aire. Sube.... sube.... sube..... ¡Y se estrella con el techo!
Entonces, empieza a pegar de gritos:
- ¡Hija....! ¡Hiiiiiiiija...!
Llega la hija, y se horroriza al ver aquello.
- ¡Trae un hacha...! -Le grita la mamá.
Sale la hija, y regresa corriendo, hacha en mano, diciendo:
- ¿Se la corto, mamá? ¿Se la corto?
- ¡NOOOOOOO...! ¡EL TECHO, CAPULLA, DALE AL TECHO.......!