El reo, momentos antes de aplicarle la pena de muerte, oye la fatídica frase.
- ¿Cuál es su último deseo?
- No estar presente en la ejecución.
- No diga tonterías. Esto no es posible. Pida otro deseo.
- Está bien. Pues quiero aprender japonés.
- ¿Cuál es su último deseo?
- No estar presente en la ejecución.
- No diga tonterías. Esto no es posible. Pida otro deseo.
- Está bien. Pues quiero aprender japonés.