Dos amigos granjeros se encuentran:
-Hola, ¿Cómo te ha ido?
-Pues un poco mal: acabo de comprar un toro porque ya tenía muchas vacas; pero este toro no resultó muy bueno..., ¡es impotente!
-No te preocupes, yo tenía un toro igual, acudí a un buen veterinario y le recetó unas pastillas pequeñitas, buenísimas; desde la primera le sentaron muy bien.
- ¡Qué bien! ¿Y cómo se llaman?
- ¿Cómo se llaman... ¿Cómo se llaman?... La verdad es que no recuerdo pero son rojas y saladitas...
-Hola, ¿Cómo te ha ido?
-Pues un poco mal: acabo de comprar un toro porque ya tenía muchas vacas; pero este toro no resultó muy bueno..., ¡es impotente!
-No te preocupes, yo tenía un toro igual, acudí a un buen veterinario y le recetó unas pastillas pequeñitas, buenísimas; desde la primera le sentaron muy bien.
- ¡Qué bien! ¿Y cómo se llaman?
- ¿Cómo se llaman... ¿Cómo se llaman?... La verdad es que no recuerdo pero son rojas y saladitas...