Pepito, quien se dedica a la venta caramelos, un día pasó por una iglesia y decide entrar a vender sus productos, y entonces grita: -”Huevos, dulces, chocolates…” y el padre estaba dando su sermón y en cuanto lo ve solo le hace una señal de que guardara silencio. y en eso otra vez pepito dice: -”Huevos, dulces, chocolates…” y el padre dice: -”Por favor niño, guarda silencio! Pepito dejo de gritar por unos instantes, pero a los cinco minutos vuelve a decir: “Huevos, dulces, chocolates…” entonces el padre molesto dice: “A ver… saquen a ese niño de los huevos” y Pepito asustado contesta: “ ¡De los huevos no por favor, de las orejas, de las orejas..!”