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FREILA: Tablilla III...

Tablilla III

El cazador abrió boca para hablar, Diciendo a padre:

"Padre mío, hay un hombre que venido de las colinas, Es el más poderde la tierra; vigor tiene. la esencia de Anu, tan tremendo es su vigor! Siempre recorre las colinas, Siempre con las bestias nutre de hierba. planta los pies en la aguada. espantado estoy, que no oso acercarme a él! Cegó las hoyas que yo había excavado, Destrozó mis trampas que yo había puesto, Las bestias y las criaturas del llano escapar de mis manos. permite que me dedique a la caza!"

padre abrió la boca para hablar, Diciendo al cazador:

"mío, en Uruk vive Gilgamesh. hay más fuerte que él. la esencia de Anu, tan tremendo es su vigor! pues; hacia Uruk dirige tu faz, Refiérele el poder del hombre. que te entregue una ramera. Lléva (la) contigo; (20) sobre él a causa de mayor poder. abreve los animales en la aguada, quitará el vesmostrando desnuda su madurez. cuanto vea a ella, a ella se acercará. ¡Le rechazarán las bestias crecieron en su estepa!"

Oyendo el consejo de su padre, El cazador avanzó Gilgamesh. Emprendió el camino, en Uruk puso pie:

"... Gilgames..., Hay un hombre ha venido de las colinas, (30) El más poderde la tierra; vigor tiene. Como la esencia de Anu, tan tremendo es vigor. Siempre recorre las colinas, Siempre con las bestias nutre de hierba. Siempre planta los pies en la aguada. ¡Tan espantado estoy que no oso acercarme a él! Cegó las hoyas que yo había excavado, Destrozó mis trampas yo había puesto, Las bestias y las criaturas llano Hizo escapar de mis manos. ¡No permite que me dedique a la caza!"

Gilgamesh le dijo, al cazador:

"Ve, cazador mío; lleva contigo una ramera. Cuando abreve los animales en la aguada, Se quitará el vestido, mostrando desnuda su madurez. En cuanto la vea, a ella se acercará. ¡Le rechazarán las bestias que crecieron en su estepa!"

Fuese el cazador, llevando con él una ramera. Emprendieron el camino, yendo rectos en su dirección. Al tercer día al sitio indicado llegaron. El cazador y la ramera se sentaron en sus lugares.

Un día, un segundo día, estuvieron sentados, junto a la aguada. Las bestias salvajes llegaron a la aguada a beber.