La reina María I de Estuardo prohibió en 1555 cualquier versión de la Biblia en ingles, ordenando “que ningún tipo de persona presuma traer a este reino cualquier manuscrito, libro o papeles con el nombre de Martín Lutero, Erasmo Tyndale, Juan Calvino, Miles Coverdale, o libros semejantes que contengan falsas doctrinas contra la fe católica.