Tras vivir durante siete semanas entre los trabajadores de los mataderos de Chicago, Upton Sinclair publicó su novela La Selva en 1906, para “atemorizar al país mediante un cuadro de lo que estaban haciendo los amos industriales a sus víctimas”. Había observado que metían en la cinta transportadora pan envenenado y ratas muertas, que se convertían en salchichas, y que los trabajadores que caían por accidente en cubas abiertas, salían al mercado convertidos en manteca Anderson’s Pure Leaf. La novela desempeño un gran papel en la apertura de una investigación sobre las condiciones de los mataderos de Chicago.