Fuego
El hombre de la primera fase del paleolítico conocía ya el fuego y lo empleaba en diversas aplicaciones prácticas, pero se ignora la forma en que lo obtenía; quizá de la madera que ardía eventualmente por la acción del rayo o por combustión espontánea. La obtención del fuego mediante el choque de pedernales sobrevino mucho después y no se generalizó hasta la Edad de Piedra. Entre los pueblos primitivos, el fuego aparece como elemento ritual de primer orden o bien como objeto del culto. Los sacerdotes hebreos guardaban, a través de todas las vicisitudes, el fuego sagrado que descendió del cielo para devorar el holocausto ofrecido a Dios por Aarón al ser consagrado sacerdote. Los egipcios tenían fuego permanente en sus templos, y griegos, romanos y persas mantenían una hoguera encendida, día y noche, en todas las ciudades y aldeas. En Roma, si se apagaba el fuego de Vesta, se suspendía inmediatamente la vida en la ciudad. En América, los aztecas, los mayas y otros pueblos conservaban sin interrupción fuegos que ardían en grandes pirámides. En la Edad Media, el paso de un reo por el fuego, en los juicios de Dios, servía para probar su inocencia.
El hombre de la primera fase del paleolítico conocía ya el fuego y lo empleaba en diversas aplicaciones prácticas, pero se ignora la forma en que lo obtenía; quizá de la madera que ardía eventualmente por la acción del rayo o por combustión espontánea. La obtención del fuego mediante el choque de pedernales sobrevino mucho después y no se generalizó hasta la Edad de Piedra. Entre los pueblos primitivos, el fuego aparece como elemento ritual de primer orden o bien como objeto del culto. Los sacerdotes hebreos guardaban, a través de todas las vicisitudes, el fuego sagrado que descendió del cielo para devorar el holocausto ofrecido a Dios por Aarón al ser consagrado sacerdote. Los egipcios tenían fuego permanente en sus templos, y griegos, romanos y persas mantenían una hoguera encendida, día y noche, en todas las ciudades y aldeas. En Roma, si se apagaba el fuego de Vesta, se suspendía inmediatamente la vida en la ciudad. En América, los aztecas, los mayas y otros pueblos conservaban sin interrupción fuegos que ardían en grandes pirámides. En la Edad Media, el paso de un reo por el fuego, en los juicios de Dios, servía para probar su inocencia.