Si no hay eyaculación, no hay embarazo. ¿Cuántos seres humanos deben su atormentada existencia a esta paparrucha sexual? Podemos presumir que muchos, puñados. La idea de que se puede penetrar a una mujer sin preservativo y sacar el pene poco antes del orgasmo para eyacular fuera y evitar un embarazo (la popular y socorrida “marcha atrás”) es muy temeraria y carece de base científica. La terrible verdad es que si no hay condones a mano, vas a tener que bajar a la farmacia de guardia a por un paquete, y vas a tener que embutir tu pene en él para no arriesgarte a un embarazo no deseado. Porque, sintiéndolo mucho, el líquido preeyaculatorio que el pene segrega cuando se pone en acción (con objeto de limpiar la uretra de los ácidos de la orina) contiene espermatozoides capaces de fecundar óvulos.