En 1930, los científicos Whipple y Astapovich atribuyeron la explosión al impacto de un pequeño cometa, o un fragmento del cometa “Enke”, el cual se habría descompuesto sin tocar el suelo, y por tanto no habría dado lugar a la formación de un cráter. Esta teoría es la versión más oficialista y la más defendida actualmente, ya que explica la bola de fuego que fue vista por los campesinos y la ausencia de cráter alguno, pero sus detractores critican que no explica cómo no se detectó ese cometa desde los observatorios astronómicos, al igual que otros sí habían sido detectados.