Recientemente algunos “científicos” (más bien ufólogos) rusos, dicen haber encontrado restos de una nave alienígena. Según el diario “Pravda”, miembros de la “Fundación Fenómeno Espacial de Tunguska”, dirigida por Yuri Lavbin, han hallado en la región una muestra de tecnología extraterrestre que ha sido trasladada a la ciudad de Krasnoyarsk para su estudio. Según publican varias revistas de Internet, Geert Sassen, un “historiador” holandés especialista en la exploración espacial, trata de desmontar estas “pruebas”, afirmando que lo que pueden haber encontrado son piezas del quinto vuelo de prueba del “Vostok”, que despegó de Baikonur en 1960 y se estrelló en la región de Tunguska, cerca del punto de impacto de la explosión. Sassen afirma que la región se encuentra en la trayectoria de las naves que despegan de Baikonur y está plagada de fragmentos de cohetes. En mi opinión este “historiador” comete un grave fallo, y es hablar de algo que no ha visto, pues para desmontar una teoría o criticar unas pruebas primero hay que examinarlas, por lo menos eso enseñan en las facultades de historia. La rapidez con que sale a la palestra mediática es cuanto menos sospechosa. Una derivación de las teorías alienígenas es la de achacar la explosión a un rayo láser, lanzado por extraterrestres a modo de aviso, desde la constelación Cisne. Una teoría generada interesadamente sin duda para desacreditar las demás teorías sobre intervención alienígena.