Afines del siglo XI a. C., estas unidades temporales se transformaron en una unidad permanente con la creación del reino de Israel. Estos organizaron un solo Estado: nació la monarquía. En el plano internacional era una época de florecimientos de pequeños reinos independientes. Los grandes Imperios Antiguos habían decaído y todavía no había surgido el terrible poder asirio. Era un buen momento para unirse y derrotar a los filisteos con los que disputaban la zona.