Así que, con el consentimiento de los papis, estuvo hasta los 21 viajando sin parar por todo el mundo: Japón, Australia, Marruecos, Francia, Méjico... Cuando ya se había pateado el planeta y salido en las portadas de revistas como "Mademoiselle", "Seventeen", y en anuncios para Calvin Klein, Levi's y Coca Cola, sintió la necesidad de sentar el culo. Estaba insatisfecha y decidió meterse en un apartamento con el productor de vídeo Carlos de la Torre, con quien salió cinco años, e intentar cruzar la pasarela hacia el cine. Tras doce cástings lo consiguió, sin ser del todo consciente de lo que iba a representar para ella aparecer en "La máscara". Cuando se dio cuenta de dónde se había metido, le salió una úlcera por culpa del stress.