Hola muy buenas, nosotros andamos por los 24ºC a la sombra. He venido para dejarte un juego de los de antaño. A lo mejor te suena.
Con esto me voy, este fin-de tengo reunión familiar, así pues os dejaré tranquilos.
Un saludo y que te vaya bonito.
MARRO
Era un juego practicado con bastante frecuencia ya que permitía intervenir a un gran número de participantes. Se jugaba en campo abierto y, previa la división en dos grandes equipos, cada uno se asignaba su "casa", esto es, un espacio, generalmente junto a una pared o varios árboles, en los que el jugador no podía ser apresado por sus contrarios, pues el lance consistía en perseguir a toda velocidad a un contrario hasta tocarle, lo que bastaba para que se entregase y se le condujese a la "casa". Para que la persecución y captura valieran el perseguidor debía tocar el "marro", la pared de la "casa". El preso, para ser liberado por los suyos, debía tener una mano en el "marro" y, si los presos eran varios, debían, formar una cadena con sus brazos. Si la cadena se rompìa la liberación se anulaba.
Era un juego muy animado y se solían regir por un árbitro, generalmente uno de los profesores. De la "casa" se salía al campo para perseguir y para liberar a los presos. Había que estar muy atentos. Como capturar a todos los cantrarios no eran fácil, ganaba el equipo que más prisioneros había hecho.
Con esto me voy, este fin-de tengo reunión familiar, así pues os dejaré tranquilos.
Un saludo y que te vaya bonito.
MARRO
Era un juego practicado con bastante frecuencia ya que permitía intervenir a un gran número de participantes. Se jugaba en campo abierto y, previa la división en dos grandes equipos, cada uno se asignaba su "casa", esto es, un espacio, generalmente junto a una pared o varios árboles, en los que el jugador no podía ser apresado por sus contrarios, pues el lance consistía en perseguir a toda velocidad a un contrario hasta tocarle, lo que bastaba para que se entregase y se le condujese a la "casa". Para que la persecución y captura valieran el perseguidor debía tocar el "marro", la pared de la "casa". El preso, para ser liberado por los suyos, debía tener una mano en el "marro" y, si los presos eran varios, debían, formar una cadena con sus brazos. Si la cadena se rompìa la liberación se anulaba.
Era un juego muy animado y se solían regir por un árbitro, generalmente uno de los profesores. De la "casa" se salía al campo para perseguir y para liberar a los presos. Había que estar muy atentos. Como capturar a todos los cantrarios no eran fácil, ganaba el equipo que más prisioneros había hecho.