Las diabólicas luces de Alcolea (Almería) III
Algunos vecinos llegaron a comentar entonces a los periodistas desplazados hasta la localidad de Alcolea para cubrir la información, otra singular historia en torno al "extraño" caso. Citando a un hombre que vivía en un cortijo próximo donde se veía "el fenómeno", y quien tuvo que abandonarlo porque sus propios vecinos empezaron a tomarlo por loco. El hombre aseguraba a todo el que quería escucharlo que veía una luz anaranjada por esa zona, que movía las hojas de los árboles y soltaba un gran zumbido.
Tres jóvenes vecinos de Alcolea, Cayetano Galafat, Francisco Ruiz y Manuel Escudero, como solían hacer habitualmente esas noches del mes de abril, fueron a regar una finca cercana al susodicho cortijo. No se creían lo de las luces y bromeaban entre ellos encendiendo y apagando las luces del coche en el que se habían desplazado, Cuando terminaron de regar las tierras de la finca y se disponían a volver al pueblo, fue cuando vieron las "misteriosas luces". Entre incrédulos y asustados salieron a cien por hora con el coche por el pequeño camino hasta llegar al pueblo.
Alguien se encargó de filtrar "el asunto" a los medios de comunicación, quienes ante la orfandad de noticias de mayor calado durante esos días, siguieron con el asunto estirando el tema hasta "quemarlo" en su totalidad.
Algunos vecinos llegaron a comentar entonces a los periodistas desplazados hasta la localidad de Alcolea para cubrir la información, otra singular historia en torno al "extraño" caso. Citando a un hombre que vivía en un cortijo próximo donde se veía "el fenómeno", y quien tuvo que abandonarlo porque sus propios vecinos empezaron a tomarlo por loco. El hombre aseguraba a todo el que quería escucharlo que veía una luz anaranjada por esa zona, que movía las hojas de los árboles y soltaba un gran zumbido.
Tres jóvenes vecinos de Alcolea, Cayetano Galafat, Francisco Ruiz y Manuel Escudero, como solían hacer habitualmente esas noches del mes de abril, fueron a regar una finca cercana al susodicho cortijo. No se creían lo de las luces y bromeaban entre ellos encendiendo y apagando las luces del coche en el que se habían desplazado, Cuando terminaron de regar las tierras de la finca y se disponían a volver al pueblo, fue cuando vieron las "misteriosas luces". Entre incrédulos y asustados salieron a cien por hora con el coche por el pequeño camino hasta llegar al pueblo.
Alguien se encargó de filtrar "el asunto" a los medios de comunicación, quienes ante la orfandad de noticias de mayor calado durante esos días, siguieron con el asunto estirando el tema hasta "quemarlo" en su totalidad.