Los campesinos que consumían los productos podridos enfermaron y pueblos enteros se vieron afectados por el cólera y el tífus. Muchos agricultores que emigraron hacinados en los barcos murieron durante la travesía. La hambruna de Irlanda de 1846-50 se cobró hasta un millón de vidas a causa del hambre y las enfermedades, y transformó profundamente la estructura social y cultural de Irlanda, Gran Bretaña y los Estados Unidos.