LA PARRA, UN OASIS DE SOMBRA:
Entre las especies trepadoras, la parra es sin dudas una de las que otorga una sombra más frondosa, volviéndose ideal para tenerla en el jardín durante los calurosos veranos. Pertenece a la familia de las vitáceas, siendo típica de los climas mediterráneos.
Lógicamente, además de la sombra que entrega, es muy seductora la posibilidad de disfrutar del fruto que la caracteriza: la uva. Sus ramas son muy trepadoras, la parra de uva moscatel puede alcanzar los 15 metros de altura.
Se adhieren a cualquier soporte (paredes, troncos de árboles) y se adaptan a todo tipo de suelo, aunque lo ideal es ubicarlas sobre un terreno convenientemente abonado y húmedo. Su crecimiento es impactante: una única planta puede cubrir una pared de 10 metros de altura.
Es muy importante realizar podas permanentes, por ejemplo para eliminar ramas muertas tras las intensas heladas de invierno o para orientar su crecimiento. Las uvas se recolectan en otoño, y es muy importante que la planta reciba buen sol.
Entre las especies trepadoras, la parra es sin dudas una de las que otorga una sombra más frondosa, volviéndose ideal para tenerla en el jardín durante los calurosos veranos. Pertenece a la familia de las vitáceas, siendo típica de los climas mediterráneos.
Lógicamente, además de la sombra que entrega, es muy seductora la posibilidad de disfrutar del fruto que la caracteriza: la uva. Sus ramas son muy trepadoras, la parra de uva moscatel puede alcanzar los 15 metros de altura.
Se adhieren a cualquier soporte (paredes, troncos de árboles) y se adaptan a todo tipo de suelo, aunque lo ideal es ubicarlas sobre un terreno convenientemente abonado y húmedo. Su crecimiento es impactante: una única planta puede cubrir una pared de 10 metros de altura.
Es muy importante realizar podas permanentes, por ejemplo para eliminar ramas muertas tras las intensas heladas de invierno o para orientar su crecimiento. Las uvas se recolectan en otoño, y es muy importante que la planta reciba buen sol.