En 1924, el gobierno británico decidió dejar de jugar con dirigibles y entró seriamente en la industria con la construcción del R 100 y el R 101. El R 100 sería construido por la Airship Guarantee Company, una subsidiaria de Vickers at Howden en Yorkshire, mientras que el R 101 sería fabricado por el propio Ministerio de Aeronáutica, en Cardington, en Bedforshire. A los constructores del R 100 les faltaba dinero pero les sobraba pericia, además de que podían recurrir al doctor Barnes Wallis (de subsecuente fama como "reventador de presas") y a otros prominentes científicos e ingenieros, incluyendo a Nevüle Shute Norway (No Highway), cuyos dos primeros nombres se convirtieron en palabras de uso común.