Mientras todo esto ocurría, el R 100, construido en forma privada, realizó un vuelo exitoso a Canadá. El Ministro de Aeronáutica, lord Thompson, tal vez algo molesto, decretó bruscamente que el R 101 saldría hacia la India vía Egipto el 4 de octubre con él mismo a bordo. Para entonces, el dirigible sería "tan seguro como una casa, excepto por una probabilidad de accidente en un millón", y de todos modos, él tenía que regresar a tiempo para una junta. Todo esto fue muy emocionante, aunque no se sabe hasta qué grado el entusiasmo de Thompson era compartido por quienes lo rodeaban.