El hasta ese momento no probado R 101 dejó su mástil de Cardington en la fecha ordenada con 54 personas a bordo, de las cuales sólo seis eran pasajeros. Actualmente, con los plásticos sintéticos, es difícil comprender cómo la estructura dura podía contener bolsas de gas llenas de hidrógeno, hechas de membranas de intestinos de bueyes mantenidas en posición por cientos de alambres. Se adaptaron nuevas válvulas para controlar el gas, pero éstas tendían a "sobrerreaccionar" causando que el gas escapara con una turbulencia inesperada, dejando salir el gas prematuramente. Este fue uno de los muchos problemas técnicos fuera de control.