Una mujer mayor, en su lecho de muerte, le confiesa a su esposo:
- Tengo que decirte algo que me guardé todos estos años. Nuestro hijo no es tuyo.
- Ni tuyo tampoco —dice el hombre.
- Vamos, no digas disparates, si yo lo tuve. Si no, ¿de quién va a ser?
- No sé.
- ¿Cómo, no sé?
- ¿Te acuerdas cuando en la maternidad el niño ensució los pañales por primera vez y tú me dijiste que lo cambiara? Bueno, pues lo cambié por otro limpio.
- Tengo que decirte algo que me guardé todos estos años. Nuestro hijo no es tuyo.
- Ni tuyo tampoco —dice el hombre.
- Vamos, no digas disparates, si yo lo tuve. Si no, ¿de quién va a ser?
- No sé.
- ¿Cómo, no sé?
- ¿Te acuerdas cuando en la maternidad el niño ensució los pañales por primera vez y tú me dijiste que lo cambiara? Bueno, pues lo cambié por otro limpio.
Muy buenas ya estoy por aqui
pues entonces voy a fumarme el cigarro.
Y ahora te largas ya te vale me dejas sola y en la puerta es de mala educacion lo que iciste lo tendre encuenta
me llevas tu aqui 10 minutos contestandote 5 veces al mismo mensaje, pero seguro que no lo habrás leido
Pepepaco ya esta bien si miro los mensajes de atras no puedo contestar los de arriba no soy una maquina