DRIADA:
Las dríadas son duendes de los árboles, con forma femenina, muy solitarias y de
gran belleza.
Físicamente, tienen unos rasgos muy delicados, parecidos a los de las doncellas
elfas. Tienen los ojos violeta o verde oscuro, y su cabello y piel cambian de
color según la estación. De esta forma pueden camuflarse entre el bosque sin que
se las vea. En el invierno su pelo y piel es blanco, en otoño rojizo, y en
primavera y verano tienen la piel muy bronceada y el pelo verde.
Cada dríada pertenece a un roble del bosque, se hallan unidas a su árbol de por
vida y no pueden alejarse a más de 300 metros de él o mueren lentamente. Una
dríada es capaz de penetrar literalmente en un árbol y desde su interior
tranportarse al roble del que ella forma parte.
Las dríadas hablan varias lenguas y su gran inteligencia les permite comunicarse
con casi todos los seres del bosque, además hablan el lenguaje de las plantas.
Una dríada tiene absoluto control sobre el árbol al que está ligada, por lo que
es capaz de provocar que sus ramas florezcan aunque no sea la temporada, que
aparezcan nuevas plantas alrededor del árbol, e incluso puede provocar un
crecimiento de hierba repentino que haga tropezar a los intrusos.
No son nada agresivas, y si son atacadas usan el conjuro de hechizar personas
como defensa. Este conjuro lanzado por una dríada tiene un gran poder, y es muy
difícil tener la suficiente resistencia a la magia como para no caer hechizado.
Si alguien golpea al roble al que está unida, ella recibe físicamente el mismo
daño, por lo que intentará defenderlo a toda costa. Heridas.
Las dríadas son duendes de los árboles, con forma femenina, muy solitarias y de
gran belleza.
Físicamente, tienen unos rasgos muy delicados, parecidos a los de las doncellas
elfas. Tienen los ojos violeta o verde oscuro, y su cabello y piel cambian de
color según la estación. De esta forma pueden camuflarse entre el bosque sin que
se las vea. En el invierno su pelo y piel es blanco, en otoño rojizo, y en
primavera y verano tienen la piel muy bronceada y el pelo verde.
Cada dríada pertenece a un roble del bosque, se hallan unidas a su árbol de por
vida y no pueden alejarse a más de 300 metros de él o mueren lentamente. Una
dríada es capaz de penetrar literalmente en un árbol y desde su interior
tranportarse al roble del que ella forma parte.
Las dríadas hablan varias lenguas y su gran inteligencia les permite comunicarse
con casi todos los seres del bosque, además hablan el lenguaje de las plantas.
Una dríada tiene absoluto control sobre el árbol al que está ligada, por lo que
es capaz de provocar que sus ramas florezcan aunque no sea la temporada, que
aparezcan nuevas plantas alrededor del árbol, e incluso puede provocar un
crecimiento de hierba repentino que haga tropezar a los intrusos.
No son nada agresivas, y si son atacadas usan el conjuro de hechizar personas
como defensa. Este conjuro lanzado por una dríada tiene un gran poder, y es muy
difícil tener la suficiente resistencia a la magia como para no caer hechizado.
Si alguien golpea al roble al que está unida, ella recibe físicamente el mismo
daño, por lo que intentará defenderlo a toda costa. Heridas.