Aunque por su nombre no sé quién puede ser, y mire que tengo buena memoria, como en los pueblos se conocen más los apodos, es posible que ambos nos conozcamos, ya que aunque nací en Guadix, paré poco allí, eso si las vacaciones las pasábamos en la Estación, aquellos fueron épicos tiempos para la Estación de Guadix. Madrugadas a por la briqueta, sin miedo caminábamos, no había muchas farolas, mas conocíamos el camino como la palma de nuestras manos. Juventud, salud, alegría, no pensábamos en los vestiditos, ni en ninguna tontería, jugar, subirnos a los árboles, comer la fruta en el mismo, aquella era fruta, sabia a fruta, nos proporcionaba vitamina C. leche, las vacas ordeñaban a las puertas de la casas, menudo calcio, el huerto donde tanto disfruté, aquel poye-te de la cueva, noches de verano inolvidables, casi sin tener nada, lo teníamos todo, la solidaridad, la humanidad era el santo y seña, y con ella la alegría. Hasta otra, espero se de a conocer. Le saluda Cordialmente. Teresa, la niña de los Álvarez.